jueves, 26 de marzo de 2015

Carta

                                                                                                               Santiago, 26 de Marzo 2015


Hija mía:

Me enorgullece ver que éstas creciendo cada día más y que frente a cada problema que tienes lo afrontas con tu linda sonrisa. Estoy completamente segura que te convertirás en una gran persona y el día de mañana en una gran profesional. Quiero que tengas claro que siempre estaré apoyándote y demostrándote mi gran amor por tí, te respaldaré en cada decisión que tomes y si caes, yo estaré a tu lado para decirte que todo va a estar bien. 

Te prepararé para la vida y para afrentar desafíos, porque la etapa que se te viene no es fácil. Mediante las experiencias aprenderás y comprenderás que la vida es complicada, ya que cuando piensas que todo va perfecto, te sacude y te despierta. Te enseña que no hay que confiar en nadie, ya que todos cometemos errores y lo peor que puedes hacer hija, es poner toda tu atención en una persona y entregarle todo de ti. Te estoy diciendo todo esto porque yo lo viví.

Mientras tú estabas en mi pancita, ocurrieron cosas buenas y malas, una de las cosas que puedo rescatar hija era que nos unimos mucho más con tu padre durante mi embarazo y disfrutábamos cada momento en que estábamos los tres juntitos, pero lo malo es que al tener la necesidad de tener un apoyo constante en esta etapa me aferré mucho a él y ese fue mi error.

Cuando tenia 7 meses de embarazo, yo y tu padre decidimos darnos un tiempo con el acuerdo de respetarnos y respetarte a tí tambien, pero aquello no funcionó. Al poco tiempo de haberme alejado de él, tu padre cometió un error y se metió con otra mujer por una noche. Cuando me enteré, no lo podía creer ya que él era mi todo y nunca pensé que podría llegar a reemplazarme tan rápido menos de esa manera. Estuve mucho tiempo deprimida, no comía, incluso baje de peso y eso no era bueno ya que tu necesitabas que me alimentara bien, pero no podía dejar de pensar en "como había pasado", y eso me lastimaba aún más. En un momento llegué a creer que no era capaz de salir de ese estado, ya que me encontraba muy decepcionada de tu padre, sentía que se había burlado de mí y que todos los momentos que habíamos pasado juntos para él nunca significaron nada. Cuando ya no le veía salida al problema, hubo alguien que me dió ánimo y esa fuiste tú, con cada patadita que me dabas sentía que no tenía que pensar en mí, sino en tí, ya que tú dependías de mi bienestar emocional y si yo estaba mal, tú lo estabas. Al fin y al cabo el dolor que sentía iba a ser pasajero ya que cuando tú nacieras ibas a ser mi todo y me enfocaría solamente en tí.

A pesar de que al tiempo se arreglaron las cosas con tu padre, yo con lo que aprendí de esa experiencia, te digo que siempre tienes que estar preparada a que las personas te fallen, incluso de aquellas que menos esperas, ya que todos somos humanos y estamos hechos para cometer errores.

Te mando un gran beso hija linda, con la esperanza de que no cometas los mismo errores que yo, y que seas siempre mejor que tu madre.



Carla

jueves, 19 de marzo de 2015

Autobiografía

Me llamo Carla, tengo 17 años y nací el 2 de Febrero de 1998 en el Hospital Félix Bulnes a las 6:30 am. Pesé 3 kilos 200 gr. y medí 52 cm. Al momento de nacer mis padres junto a mi hermano mayor vivían de allegados donde mi abuela paterna en donde al año empecé a caminar y a ser muy apegada a mi madre, al extremo de que si la separaban de mi, lloraba. Esto continuó hasta los 3 años en donde me volví muy mal genio, más de una prima recibió un mechoneo de mi parte.
Cuando cumplí 4 años nos fuimos a vivir a una media agua de 6x3 mt. ubicada en Cerro Navia, a pesar de ser muy pequeño nuestro hogar, con mi hermano mayor buscábamos cualquier manera de entretenernos ya que no teníamos recursos para comprar juguetes. Ya cuando tenía 6 años se me empezó a terminar lo denominado infancia, ya que a pesar de ser pequeña veía violencia intrafamiliar de parte de mi mamá hacia mi papá por tener él, problemas con el alcohol. Estuve presenciando aquello hasta mis 9 años, ya que decidieron separarse por la mala convivencia, quedando yo y mi hermano a cargo de mi mamá.
Nos fuimos a vivir donde una tía y solamente veía a mi papá los fines de semana. Un fin de semana de aquellos nos fuimos yo y mi hermano a quedar a la casa de mi papá, aquel como de costumbre se curó, y abusó de mi, lo que causa que actualmente tenga una cierta dependencia emocional a mis parejas, por la falla y falta de mi imagen paterna. Mi papá fue condenado y mi mamá se volvió padre y madre para mí como para mi hermano, sacándonos adelante, dándonos estudios y un digno lugar donde vivir.
Nació luego mi hermanita a quien yo ayudaba a cuidar mientras mi mamá trabajaba. A lo que salió mi papá se hizo presente sólo monetariamente, pero nunca me afectó ya que tenía a mi mamá conmigo.
Ya a los 13 años dí mi primer beso y actualmente a mis 17 años me encuentro cursando un embarazo de 7 meses y medio, con la esperanza de sacar a mi niña adelante, basándome en el ejemplo de esfuerzo de mi madre.